No, la respuesta que yo daría es que en México no deberíamos temer a un sistema laboral que está elevando las cifras de empleo y es una modalidad que se está usando por todo el mundo sin que represente un problema real.
Se calcula que más del 16% de la población mexicana empleada lo está a través de la subcontratación, tomando en cuenta que se espera la creación de casi 300 millones de empleos a nivel mundial gracias a este régimen, en los siguientes cinco años.
Mucho se dice acerca de que esta modalidad sólo sirve para que las empresas evadan sus obligaciones con los trabajadores, sin embargo, al menos las leyes mexicanas ya han solucionado este problema y consideran restricciones para la subcontratación, de manera que no es un sistema que esté al aire o que desproteja a quienes así se emplean.
Subcontratarse significa, literalmente, contratarse en una empresa a través de otra que hace todo el papeleo, trámite, contrato y sufraga las prestaciones sin depender de la primera. De esta manera cualquiera que esté subcontratado tiene garantizada su seguridad social, sus cuotas salariales y su pago quincenal o mensual sin excusa ni pretexto.
Lo que sucede es que en México no nos gusta mucho que vengan a proponernos cosas nuevas y la información errada se propaga con mucha facilidad, por lo que la subcontratación se ha visto un poco frenada por quienes la satanizan y aseguran que no beneficia a los mexicanos.
En mi opinión deberíamos abrirnos un poco más a este tema, entender cómo funciona y aceptar que si ha llevado beneficios a otros países, seguramente en México también será sinónimo de más empleo, progreso social y calidad de vida.